viernes, 23 de julio de 2010

EL SOÑADOR AJENO. (Enero 2010)




En un tiempo en el que parece que todo el mundo puede hacerlo todo; en el que parece que el materialismo nos ha invadido por completo; en el que los sentimientos parecen haber dejado de importarnos debido a su baja rentabilidad, es un alivio descubrir que en nuestro desértico camino también hay oasis en los que detenernos para tomar impulso y recordar que a pesar de todo no podemos dejar de ser quiénes somos, que es el amor el que en silencio conduce nuestros pasos y que son los sueños las únicas respuestas a un presente que continúa conjugándose bajo la atenta mirada de la luna. La misma luna que contempla en silencio las andanzas de los Salvatierra a través de los parajes imaginados por Alfredo Cernuda, en su primera novela, “El Soñador Ajeno”. Un libro para leer despacio, para detenerse en cada palabra; un libro que nos conduce hacia parajes maravillosos con la magia de la sencillez “Ésta es una novela sencilla” nos cuenta el también actor y guionista “habla de sueños y pasiones humanas. Nos muestra la osadía y el vértigo del primer amor; nos habla del amor maduro o tardío. El amor que sigue moviendo el mundo, aunque en la actualidad nos cueste meternos de lleno en él” Un libro, en fin, que nos invita a soñar, eso sí con cuidado “Hemos de dominar los sueños, para que no nos cieguen y nos impidan vivir el presente”. Alfredo Cernuda ha tardado un año y medio en escribir una novela que nos atrapa desde la primera página, que nos hacer volver la mirada hacia nuestro alrededor para reconocernos en él, que nos devuelve la esperanza en la belleza de una realidad capaz de conjugarse en el tiempo mágico de los sueños, que nos abre las puertas a una historia que posee el sabor de la nostalgia y la calidad literaria de quien debe considerar cumplido el sueño de ser el escritor que el lector cree que es.

Simón Sánchez Sabio.

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