viernes, 20 de agosto de 2010

CALÍGULA (MARZO 2010)



CALÍGULA.

Teatro Fernán-Gómez.

Autor: Albert Camus.
Director: Santiago Sánchez. (L’om Imprebís)
Intérpretes: Sandro Cordero, Carles Montoliú, Garbiñe Isausti, Carlos Lorenzo, Balbino Lacosta, Marina Barba, Martín Caló, Manuel Hernández, Ramón Linaza, Sergio Gayol, Gorsy Edú y José Juan Rodríguez.

Estrellas: ****


LA SOLEDAD DEL IDEALISTA.


Pobre Calígula, ha perdido a la mujer amada, ha perdido la fe en el mundo y sólo quiere que alguien le alcance la luna para aferrarse a la posibilidad de lo imposible.
“Pobre Calígula” es la expresión que Sandro Cordero ha querido obtener de un público que comprendiese la actitud de un hombre todopoderoso perdido en el poder. Si una pequeña frustración provoca un sentimiento de hastío y decepción, qué no hará surgir en el ánimo del único ser humano libre sobre la tierra.
Todos podemos sentir como Calígula, la diferencia es que casi nadie puede actuar como él lo hace. El poder nos diferencia.
L,om Imprebís ha emprendido una aventura arriesgada por la valía del texto, la entidad de su protagonista y el elenco de actores que recrea el cuerpo de consejeros del atormentado emperador. La compañía Valenciana ha apostado por un teatro de altura y ha ganado. El nuevo Calígula es un niño caprichoso, un joven que emprende un viaje sin retorno, un sufridor que demanda comprensión, un fraternal amigo incapaz de conceder un minuto a la melancolía y al verdadero amor, un hombre lógico para un mundo obligado a funcionar con el frágil alimento de la mentira. Un emperador rodeado de buitres que ansían su omnipotencia, una víctima de su propia desazón. Y Sandro Cordero es eso y nos lo muestra con una autenticidad arrolladora.


Sofía Basalo.

PEGADOS (MAYO 2010)



PEGADOS.

Teatro Arenal.

Intérpretes: Ferrán González, Alicia Serrat y Gemma Martínez.
Músico: Joan Miquel Pérez.
Director: Víctor Conde.

Estrellas: ***


NI TANTO NI TAN CALVO.

Hace tiempo me dijeron que debía tener cuidado con los adjetivos que otorgaba a aquello que veía y con las estrellas con las que premiaba a los espectáculos que me disponía a enjuiciar, pues no habría puntuación posible para mí si por casualidad cruzaba “la frontera” y acudía a un teatro británico, alemán o incluso norteamericano. Ese consejo me ayudó mucho y centró mi perspectiva. De este modo, emito mi veredicto para un musical que no está mal pero tampoco es de lo mejor que he visto. Nada es sublime en él, nada es fuera de lo común. ¿Original, tal vez? Qué menos, cuando se parte de una historia más que trillada. ¿Música en directo? Qué menos, aunque no sea lo habitual. ¿Los chicos cantan bien? Sí, pero querría verlos acompañados por una orquesta al completo. ¿Qué Gemma Martínez está muy bien? Sin duda. Seguramente sin ella, sin su texto y su desparpajo Pegados pasaría sin pena ni gloria. Pero de ahí a calificarla como “sublime”… ¿Qué adjetivo le otorgamos entonces a Elena Roger en Piaf? Va a ser cierto que el sentido común, es el menos común de los sentidos.

Sofía Basalo.

MADRE PAZ. (MAYO 2010)




MADRE PAZ. (DIARIO AUTÉNTICO E IMAGINARIO DE CINDY SHEEHAN)

Teatro Galileo.

Autor: Darío Fo y Franca Rame.
Traducción: Carla Matteini.
Director: Carlos La Rosa.
Música: Ali Reza.
Intérpretes: María José Goyanes, Marc Parejo y Silvia Vivó.


Estrellas: ***

MADRE AMOR.

No quiso quedarse llorando en casa. A pesar del dolor y de su marido, alzó la voz, poniendo nombre y apellido a un movimiento universal. A pesar de la pérdida no quiso limitarse a ver la foto de su hijo muerto en la cruz eterna de una tumba. A pesar de su inicial soledad supo reunir a la globalidad de un mundo cansado de guerras, de mentiras y manipulaciones. Cindy Sheehan inició sola y decidida la lucha de todos aquellos que murieron por los errores de un gobierno que creyó ver armas nucleares en un país muy interesante estratégicamente; la lucha de todos aquellos iraquíes que perdieron su vida y su inocencia por la sed revanchista de unos seres que se creen Dios en un orbe en el que el único Dios es el dinero; la lucha de las mujeres para las que no hay palabras que puedan acoger todo el dolor que las rodea, que las ahoga, que las abraza violenta e incansablemente. María José Goyanes es Cindy Sheehan y lo es de un modo sobresaliente. El texto escrito por el premio nobel es preciso y directo; sin más envoltorio que la verdad y la presencia a modo de ángel guardián de un hijo que en todo momento acompañó a su madre en un camino que no emprendió en solitario.

Sofía Basalo.