miércoles, 21 de abril de 2010

DRÁCULA. (Diciembre 2009)




No habrá sangre, ni colmillos, ni efectos especiales. No habrá ojos rojos. Nadie volará a la velocidad de la luz. Así lo afirma su autor y director, Ignacio García May cuando asegura que “no quería hacer la historia del vampiro convencional” entre otras cosas porque “Todos los personajes pasan por situaciones extremas. Ésta no es una obra sobre vampiros, es una obra sobre el dolor. Qué significa pasar por una etapa dolorosa y cómo se lucha contra ello. En este sentido me parecía un tema muy actual, aunque no lo creamos y aunque quizá, haya mucha gente que ni tan siquiera se atreva a enfrentarse a él.”
Por esta razón la obra que se estrena el próximo 3 de diciembre en el Teatro Valle-Inclán irá más allá, mostrándonos el origen del mito. El comienzo de la leyenda del Conde Drácula, para lo que el autor se ha basado en la novela de Bram Stoker “La novela es muy distinta. Hay en ella unos textos bellísimos y cuando se ha utilizado ese material en el cine, por ejemplo, se han obviado, para dar protagonismo a los efectos especiales, pasando por alto todo lo que la novela tiene de relato y de personas a las que les están pasando cosas. Yo creo que este material dramático es muy interesante. No sé si los aficionados a las películas de vampiros se sentirán defraudados, puede que sí, pero me da igual.”
Uno de los tópicos de los que este montaje ha huido, ha sido el del posible romance entre el Conde Drácula y Mina, que interpreta la joven actriz Xenia Sevillano “Mina es una mujer de alma pura, por esta razón no es fácil de vampirizar. Esto es lo que le atrae al Conde. Pero no hay un romance entre ellos. Es una mujer muy inteligente y en un mundo de hombres decide no quedarse al margen en la aventura de enfrentarse contra el mal. Ésta es la grandeza de Mina. Cuando aprende que la mayor de las maldades responde a la imposibilidad de consuelo alguno, Drácula, llega a una comprensión absoluta del dolor de ese ser: El silencio de corazón. Entonces no le teme y no la vampiriza porque ve que no hay nada que hacer.”
Para la actriz, esta aventura “es un reto total” porque le ha permitido “descubrir los resortes del ser humano. Es una historia muy atractiva porque no es simplista” adjetivo que sin embargo sí posee la puesta en escena que se centra en la capacidad para sugerir de la luz y las diversas telas que la conforman, “La obra comienza siendo una propuesta tipo Horror Vacui debido a la tela del decorado. Los personajes están agobiados, el ambiente es como el de una tormenta que no acaba de descargar.” Según avanza la historia “las capas se eliminan y el espacio se va abriendo, hasta que la luz transforma la tenebrosidad en una especie de liberación final. Los personajes acaban habiendo vivido algo extraordinario pero no tienen pruebas. No van a poder contar a nadie lo que han vivido. Cualquier cosa que aparece puede desaparecer antes que la mente la perciba. Nada es real”
Si para Xenia Sevillano, este montaje está siendo un reto absoluto, no menos lo es para José Luis Alcobendas, Drácula “No quiero desvelar nada, pero lo cierto es que en esta obra hay hallazgos muy interesantes. Particularmente, la parte humana de este ser, condenado a la inmortalidad. Tras cuatrocientos años generando dolor en los humanos hay un cansancio y una melancolía muy grandes, hasta aceptar con gozo y alivio la muerte final” “Este Conde, continúa el actor, añora los tiempos pasados, junto a su familia. Está cansado de ver cómo generación tras generación el ser humano sigue siendo igual y continúa peleándose por las mismas cosas.” Sin duda es éste el mejor momento para descubrir “por qué un hito de la literatura lo es. Por qué ha pasado a la historia y se sigue leyendo”
Este montaje lleva más de un año gestándose; Ignacio García May tenía el texto escrito “Cuando me llamó Gerardo Malla, que lo conocía, y me invitó para que también lo dirigiera, cosa que me alegró muchísimo. Hemos estado trabajando un año el escenario y el vestuario.” Pues como ya hemos comentado, el dramaturgo no quería hacer de esta historia una versión convencional. “Tenía que ver cómo metíamos todo esto en un espacio temporal razonable, cómo reducir personajes. Aunque cuando me di cuenta de que no es una obra de efectos especiales, sino sobre el dolor, la relación de la gente con el dolor, fue todo más sencillo; porque empecé a reconocer en este texto, otras obras teatrales que tienen que ver con el mismo sentimiento. Para mí esta obra es como Ibsen, como Strindberg, como Chejov, pues es contemporánea a ellos, con lo que el mundo que ha de representar tampoco está muy lejos.”
Los ensayos, como el mismo García May nos comentaba, han sido muy tranquilos ya que muchos de los actores que completan el elenco son además de compañeros, amigos.
Hemos citado a Xenia Sevillano que interpreta a Mina y a José Luis Alcobendas que será el nuevo Drácula, pero el elenco de intérpretes es extenso. Habrá un nuevo personaje, un ama de llaves que ejerce de nexo (Rosa Savoini), mientras que otros como el del norteamericano Quince, han sido eliminados. Sin embargo, la esencia permanece: Estarán Jonathan Harper (Iñaki Rekarte), la amiga de Mina, Lucy (Rocío León), el profesor Van Helsing (José Luis Patiño) o Seward (Rafa Navarro), entre otros.
¿Qué hemos de aprender de esta obra? “Hemos de asumir que el dolor siempre conlleva un aprendizaje, pues tarde o temprano tendremos que encontrarnos con él, con lo que si aprendemos a negociar con su esencia, viviremos la vida con plenitud.”
No es ésta la primera aventura teatral que aborda el mito del Conde Drácula, pues como nos comentaba el artífice de este proyecto “Enrique Rambal, en los años cuarenta, hizo una adaptación fiel a la novela con los tópicos propios de Rambal, actores muy exagerados y mucha espectacularidad. También se ha llevado a escena en tres o cuatro ocasiones más, siempre con el toque melodramático de los años treinta, pero la novela es muy distinta.” Sin olvidar el melodrama realizado en Broadway en el que se basó la película que protagonizó Lugosi y que dio pie a todos los tópicos que ha ido arrastrando el personaje, hasta concluir con la versión “Crepuscular” adolescente que en la actualidad está arrasando en los cines de todo el mundo.
La opción de ir más allá es loable, además de un desafío. Lo es por la dificultad de transcribir un texto tan narrativo y por invitarnos a ver de otra manera, desde otra perspectiva, a un mito estereotipado por demás o “vampiro guay” como afirma García May “No me gustan esos personajes porque consisten en no entender la verdadera naturaleza de los vampiros”
“Drácula” se estrenará el próximo 3 de diciembre y permanecerá en cartel hasta el 10 de enero de 2010, contribuyendo a revitalizar una programación teatral un tanto estancada; una programación teatral que en cierta medida se ha visto afectada por la crisis, aspecto que García May ha aprovechado al calificar esta historia como tal “Cuando empezamos a trabajar, Alicia Blas, la escenógrafa, me decía “Ésta es una obra sobre la crisis”. Yo me reía pero tiene toda la razón: la crisis consiste en que te vas una noche a la cama y cuando te levantas por la mañana no tienes dinero, trabajo ni casa y no sabes quién te la ha quitado ni te puedes defender. Hay algo de eso en la obra y esa parte es la que da miedo”
Por último, nos recomienda la lectura de “The Monsters Show” de David J. Skal para comprender “cómo van cambiando los modelos de terror y ver que existe la imaginación colectiva. El hecho de que ahora estén de moda los vampiros tiene mucho que ver con la crisis. Es el arquetipo; en un extremo está el zombie, que es el vampiro imbécil y en el otro, el vampiro de diseño, con chupa de cuero y tupé. Constituyendo la obsesión de hoy en día por ir al gimnasio, por seguir siendo joven, ponerse bótox… Todos ellos hablan de la época que vivimos.” … O sufrimos.

Sofía Basalo.

martes, 20 de abril de 2010

.ÁNGEL LLÁCER. YA VAN TREINTA. (2006)



“YA VAN 30” DIRIGIDA E INTERPRETADA POR ÁNGEL LLÀCER, LLEGA AL TEATRO BELLAS ARTES.

La crisis de los treintañeros se mira con humor, en la comedia de Jordi Silva, que interpretan junto al profesor más popular de Operación Triunfo, Paloma Paso Jardiel. José Bustos, Ana Cerdeiriña y Marta Hazas.

“Si OT sirve para que la gente vaya al teatro, estupendo” Así de rotundo se mostraba Jesús Cimarro, en la presentación del nuevo montaje que podremos ver en el Teatro Bellas Artes, hasta el mes de diciembre. “Ya van 30” de Jordi Silva, se estrenaba hace dos años en Barcelona, en lo que suponía el regreso al teatro del otrora, profesor de interpretación de la televisiva academia, Ángel Llàcer, en un doble papel, el de director e intérprete. La comedia, que pretende capturar el instante en que una persona supera la simbólica frontera de la irresponsabilidad para convertirse en responsable de sus actos, es un reflejo exacto de lo que veíamos en la pequeña pantalla. (con sus matices, por supuesto) La personalidad de Llàcer, o al menos su faceta más conocida, está presente en todo momento. La exageración y la extravagancia es la tónica general de una propuesta ligera, divertida a veces y un tanto hortera. El protagonista, Guille, va a cumplir treinta años. Vive en un apartamento decorado con las fotos de sus 29 ex novias, con pósters de Afrodita A y los teleñecos, con cojines de Supermán y marionetas de los personajes más legendarios de Barrio Sésamo... quizá la auténtica crisis de la que se nos habla en esta “infantil” comedia se origine por el hábitat en el que transcurre el enredo. La música, siempre en la mente del futuro treintañero, se erige como una interesante banda sonora, cuya presencia no deja de “chocar”... al convertirse a veces, en parte de un guión, que ganó en su momento el premio Fundación Romea de Textos Teatrales. Sin duda, lo más interesante de este nuevo título en nuestra cartelera es la presencia en el reparto, de Paloma Paso Jardiel, como la moderna madre de un teatrero, más que teatral, Ángel Llàcer.

Sofía Basalo.